El Arte Mudejar

A medida que los reinos cristianos medievales avanzaban en los territorios peninsulares ocupados anteriormente por el Islam, muchos de los pobladores musulmanes permanecieron viviendo en el territorio conquistado. A estos musulmanes se les conoce por el nombre de mudéjares.

Organizados en comunidades llamadas aljamas o morerías se les permitía seguir practicando su religión, tenían cierto grado de autogobierno y solían ocuparse en gran medida en las tareas agrícolas y en el oficio de la construcción. Ellos fueron los creadores de un estilo peculiar de arquitectura que se desarrolló en los diferentes reinos de la España medieval y que se conoce con el nombre de mudéjar.

El mudéjar es una simbiosis del románico y gótico propios de Occidente y de los elementos decorativos más característicos de la arquitectura musulmana. Así, en las construcciones mudéjares podemos observar elementos como el arco de medio punto o el ojival propios de la cultura cristiana junto con el uso de las filigranas decorativas a base del ladrillo, material de construcción mudéjar por excelencia y con motivos de cerámica vidriada. Todo ello, junto con la utilización de la madera en las techumbres, son los elementos más representativos de la arquitectura musulmana. Este estilo arquitectónico, en el que lo decorativo se superpone en perfecta armonía con lo meramente constructivo, solamente se dio en la península Ibérica, que fue el lugar en el que convivieron durante varios siglos ambas culturas.

La ciudad de Teruel es un ejemplo de los más representativos que se pueden encontrar del arte mudéjar aragonés y español. Tal es así, que el mudéjar turolense fue reconocido en 1986 por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Cualquier visitante que guste de lo bello disfrutará sin duda contemplado estas maravillas.

Las torres más antiguas, San Pedro y la Catedral,  son de mediados del siglo XIII. De similar tamaño, su decoración es sobria en comparación con las que se levantaron posteriormente y tiene una clara influencia románica. El exterior del ábside de San Pedro posee una gran belleza y está rematado por unos pequeños y esbeltos torreones. De la Catedral, declarada Monumento Nacional desde 1931, el elemento de construcción más significativo es su techumbre de madera con unas valiosas pinturas.

Ya en el siglo XIV, se levantaron las torres de El Salvador y San Martín. A su construcción se le adjudica una hermosa y trágica leyenda de amor que cualquier turolense sabe contar. Ambas son de mayor tamaño que las anteriores y poseen una exuberante riqueza decorativa. En ellas aparecen ya con claridad los rasgos góticos.

En época renacentista, sobre el crucero de la Catedral se levantará un hermoso cimborrio mudéjar de gran esbeltez. De la misma época es la torre de la Merced en el arrabal turolense. Tal importancia tuvo para la ciudad el mudéjar que, cuando a comienzos del siglo XX surgió el modernismo, esté se inspirará en él en gran medida dando lugar a lo que se conoce como neomudéjar.



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